Y siguen tan campantes

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Estamos a punto de comenzar... Mi corazón es tuyo, tú sabrás que hacer con él

Masajes laborales

Tiene razón Vincent Vega, cuando en Pulp Fiction asegura que todos los masajes tienen una enorme carga sexual. Aunque no se diga ni una sola palabra, ambos (el (la) masajista y la (el) masajeado (a)) saben que hay algo más allá, algo que se siente, algo que se percibe, las miradas y las pieles se entrecruzan y nace algo que muchas veces crece, y en otras ahí queda, aunque siempre perdura el recuerdo del toqueteo. En mi trabajo, es un hervidero de yemas de los dedos contra supuestas bolas de estrés en el cuello, hombros, brazos, antebrazos, manos, espalda, espalda baja, cintura y hasta piernas, aunque el estrés sólo se manifieste en los hombros y parte del cuello...