Tuesday, August 22, 2006

El lugar de mis contradicciones

Entre la planta y el auto las mujeres hablan de trivialidades. El café humeante hace estragos en el paladar y en la conciencia. Unas palabras huecas resuenan sin cesar y no se callan. Quisiera huir de todo esto pero no me lo permito.
La banda intenta detener al caminante. Una mirada asesina, busca todo, no observa nada. Tan estúpido es todo esto que no entiendo cómo lo soporto. Frivolidades al por mayor me golpean la cabeza.
El estrés no existe, es una creación de los poderosos. La economía fútil está sobre todas las cosas. Bagatelas sin importancia imperan en este lugar. Sacos y corbatas contrastan con tenis sucios y minifaldas.
Palabras altisonantes codeándose con estrategias de mercadotecnia. El neoliberalismo intenta confundirme. Es dueño de mi tiempo, de mis deseos y aspiraciones. Las peroratas enmarañan mis convicciones.
No me harán cambiar, lucharé contra ellas. Pelearé hasta encontrar la salida de este laberinto. El día se acerca, la noche es mejor. El fin de la jornada de no sé cuántas labores ha llegado.
No más café, no más protuberancias en los hombros. No quiero más imbéciles diciéndome qué hacer para ellos. Mi cinismo light se sacudirá ese adjetivo. Abrir la boca no es suficiente.
Tengo que romper con ellos. Tanto sibarita sin vocación me enferma. Vivir cuatro, ocho o diez horas en este lugar es insultante. El momento de platicarlo como algo que sucedió llegará, lo presiento.

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